Estrés en nuestros hijos e hijas: ¿Cómo darles seguridad?

 
 
Es de gran importancia para los niños y niñas el darles un sentido de seguridad en su entorno, en los cuidados que reciben y, en especial, ante situaciones de estrés, para que puedan crecer seguros y con estrategias adecuadas de enfrentar los problemas que se les puedan presentar en un futuro. 

Bajo una situación donde el niño o niña se muestra estresada, ya sea porque, pega, grita, llora, se aísla, se aferra a algo o presenta una pataleta. Los padres en general tienden a actuar de tres formas, sin embargo, solo una de éstas puede considerarse la más adecuada para que el niño o niña aprenda a regular sus emociones y se sienta en un ambiente seguro:

  • Indiferencia: Los padres no prestan atención a la inquietud del niño o la niña, por lo tanto, no activan respuestas de contención o de regulación emocional, lo cual conlleva a que se sientan inseguros, generando con el tiempo problemas de autoestima, aislamiento social e inmadurez emocional.

 

  • Autoridad y Control: En estos casos. los padres responden a las señales de estrés de su hijo o hija, pero evitando la expresión emocional y contención. Proceden a intentar extinguir el estrés aquí y ahora, a través de un castigo o una represión total de las emociones que pueda estar sintiendo. Puede que sea efectivo a corto plazo, pero nos desconectamos con lo que le pasa a nuestro hijo o hija, pudiendo generar a largo plazo, una actitud sumisa, ansiedad ante nuevos desafíos y/o pasividad en ellos.

 

  • Educación emocional: En estos casos, los padres intentan empatizar con el niño o niña, pudiendo conectarse con sus emociones, dando espacio a la expresión de éstas y guiándoles a regular sus emociones y conducta.

Terapia de
Pareja

Terapia
Infantil
y Juvenil

Desde los 4 años de edad

Ahora bien...¿Cómo conseguimos esto?

  • Atención: Prestar atención a lo que le pasa al niño o niña, qué reacciones presenta, es decir, su postura corporal, su expresión facial, como actúa ante los padres y el entorno mismo.

 

  • Mentalización: Evaluar lo que estaría pensando o sintiendo nuestro hijo o hija, por ejemplo: ¿Qué está sintiendo?, ¿estará recordando o imaginando?, ¿en qué piensa?, ¿qué querrá hacer?, ¿qué es lo que gatilló su reacción? De tal manera, que podamos hacernos una idea de lo que le está pasando y poder conectar con su necesidad

 

  • Regulación: El adulto tiene que regularse a sí mismo primero para que, con una actitud calmada, pueda contener la reacción del niño o niña, reflejándole qué emoción puede estar sintiendo y qué es lo que estaría pensando, pudiendo así conectarse con su vivencia. A su vez, darle opciones para que se calme, como ayudarlo a concentrarse en su respiración, un abrazo, una explicación acorde a su edad de lo ocurrido y cómo puede actuar, favoreciendo el diálogo, siempre conforme a la edad. 

De esta manera, se logra que el niño o niña pueda regularse así misma, entender lo que le pasa y al mismo tiempo, se fortalece la vinculación con la persona que lo tiene a cargo. Hay que considerar que los niños y niñas a veces no saben lo que les pasa y, por lo tanto, necesitan que su padre o madre les enseñe a entenderse y a controlarse.

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