La gran importancia de establecer límites sanos

Hoy trataremos algo que se escucha a menudo, pero que muchas veces no tenemos claro. Se trata de algo que es más bien inconsciente, por lo que es difícil tenerlo siempre en consideración.

Los límites son líneas invisibles que se establecen con las personas, ya sea la familia, pareja, amigos, compañeros de estudio o trabajo.

 

Saber establecer límites sanos puede sernos de gran ayuda en esos momentos en que nos abruma el malestar emocional, ya que permite detenernos a pensar, cuestionarnos sobre ello y establecer qué está bien dejar que nos afecte tanto y qué no; teniendo así mayor claridad acerca de cómo afrontar las problemáticas de la vida de una manera más sabia, lo cual nos ayudará a llevar una vida más plena. Y no solo eso, sino que también nos permitirá clarificar nuestra identidad y valores.

 

Hay que tener claro que establecer límites sanos es un tipo de habilidad que requiere tiempo y que se adquiere con práctica, ya que se debe ser asertivo al defender y mantener nuestros derechos cuando las situaciones son injustas o bien nos afectan en cuanto a bienestar emocional. Hay varios factores que pueden llevarnos a no seguir el camino de la asertividad, por ejemplo, la historia de aprendizaje que hemos tenido, la cual tiene un factor social potente. Otro ejemplo sería, la falsa creencia que revindicar nuestros derechos implique menospreciar a los demás llenándonos de sentimientos de culpa.

 

Teniendo esto claro, comencemos con algunas cosas para tener en consideración:

1.- Saber cuáles son tus límites:

Es por ello, que debes conocerte bien. Cada persona tiene una capacidad para soportar distinta y debes tener clara la tuya. Si algo que debería provocarte bienestar, te provoca más estrés en tu vida, debes entonces establecer un límite más sano. Nadie más que tú puede definir aquello y tampoco nadie más que tú tiene por qué hacerlo.

2.- Tener límites emocionales bien establecidos:

Al tenerlos, no serás el tipo de persona que intentará solucionar los problemas de los demás. Además, sabrás reconocer que no eres responsable ni culpable de que alguien se sienta mal. No significa que seas indiferente, ya que te permite poder dar apoyo a alguien que no se encuentre bien, pero no significa que debas hacerte cargo de ello.

3.- Saber decir que no y no sentir culpa por ello:

El decir “no” puede traernos sentimientos de culpa y hace que queramos cumplir con el resto, muchas veces las cuales no podemos o simplemente no tenemos las ganas ni fuerzas. Es por ello, que debemos respetar nuestros tiempos y no sentir culpa. Es un ejercicio difícil, que requiere práctica y tiempo para darnos cuenta que no afectará en nuestra vida de una manera negativa, sino que incluso nos llevará a tener relaciones más sinceras con el resto y con nosotros mismos.

Teniendo estas pocas cosas en cuenta y llevándolas a la práctica, permitiré conocerte y también entender a los demás, si el respeto se logra establecer como una forma de entender nuestras relaciones.

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